4 aspectos que explican el consumo de marihuana en adolescentes
¿Qué deben saber los padres acerca del consumo de marihuana en adolescentes?
- A nivel cerebral , los adolescentes no han desarrollado aún su porción frontal, que es la que favorece el control de impulsos y la planificación.
El cerebro humano se desarrolla secuencialmente y tarda unos 20 años aproximadamente en alcanzar su pleno desarrollo.
Este hecho predispone al adolescente a experimentar nuevas experiencias, asumiendo así conductas de riesgo ( el consumo de drogas de tipo marihuana, cocaína, alcohol, tabaco… es una consecuencia muy clara).
- El consumo previo de alcohol y tabaco son uno de los factores de riesgo más claros que predisponen al uso de marihuana.
El consumo intensivo de alcohol ( «binge drinking»: consumir 5 ó más unidades de alcohol en unas dos horas: asociado al concepto de botellón) lleva al consumo de otras drogas (en un 90% de casos el policonsumo de substancias va unido al consumo de alcohol) y entre ellas el cannabis es una de las más utilizadas.
No es solamente lo que consumimos (tipo de droga, tabaco, alcohol…) sino el cómo lo hacemos ( cuánto se consume en un periodo de tiempo muy corto). - La presión del grupo es especialmente importante en la adolescencia y juventud. El joven desea sentir que forma parte del grupo y es aceptado por él, como uno más.
La influencia que ejerce sobre el indivíduo (peer pressure) favorece a imitar los comportamientos de amigos. En este sentido resulta muy importante por parte de los padres tener un conocimiento lo más preciso posible de qué amistades frecuentan nuestros hijos, y conocer asimismo a los padres de éstos.
- En determinados adolescentes, cuando coexisten ciertos trastornos psiquiátricos como un transtorno de atención con hiperactividad (TDAH), transtornos de conducta, ansiedad.. la utilización de marihuana se justifica falsamente por su pretendido efecto «calmante», «tranquilizante» .
No solo no es cierto pues la marihuana es un generador de ansiedad pudiendo generar, en individuos predispuestos a ello brotes psicóticos ( pérdidas puntuales de contacto con la realidad ) ó en el caso de generalizarse, esquizofrenia.